Procesos
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Proceso:
Cada resultado necesita un proceso, para llegar a él debemos procesar el contenido. La naturaleza nos lo muestra todo el tiempo. Desde lo micro hasta lo macro. Todo fin termina en el principio.
Desde que nacemos pasamos por procesos que vamos adaptando para nuestro desarrollo y evolución. Necesitamos un proceso para sanar, para caminar, para comunicarnos, para aprender. La vida es un proceso constante. Es importante evaluar y ver nuestros procesos.
Hoy soy más consciente de mis procesos en mi arte y en mi vida. La obra comienza con bocetos; indagando tanto en mi mundo interior como en mi mundo exterior. Me guío por imágenes mentales de la propia naturaleza: rama, río, agua, océano, mar profundo, cielo infinito… azul. Lo orgánico me envuelve y me desenvuelve.
Cuando ya tengo contacto con el lienzo en blanco, introduzco agua pura e incolora.
Disfruto mucho las imágenes que se crean en este proceso y las sigo moviendo. La observación es una parte clave. Miro la pintura durante mucho tiempo, contemplando. Con el paso del tiempo, el color se sella en la tela.
Cada mancha, cada pincelada, deja una huella y se desarrolla un nuevo proceso en la obra. Cada color influye en su entorno. Su brillo depende de quién (o qué color) esté a su lado. A través de varias capas se van armonizando.
El proceso es largo, no es fácil, se va hacia delante y hacia atrás constantemente. Afirmo mis acciones, miro el cuadro, lo transformo y vuelvo a empezar. Es difícil saber cuándo debe detenerse el proceso. Mirarlo desde diferentes ángulos me ayuda a reconocerlo.
Cuando veo mi cuadro una vez terminado, siento que a través de todas esas capas de color hay un estallido de azules. Al mirarlo, me doy cuenta de que es mi reflejo; y por tanto, una abstracción, una síntesis de mi ser.
Yiriane Khan
2020
Procesos
Cada resultado necesita un proceso, para llegar a el debemos procesar el contenido. La naturaleza nos lo demuestra todo el tiempo. De lo micro a lo macro. Todo fin concluye en un inicio.
Desde que nacemos pasamos por procesos que adaptamos para nuestro desarrollo y evolución. Necesitamos un proceso para curar, caminar, comunicarnos, para aprender. La vida es un proceso constante. Es importante valorar y ver nuestros procesos.
Hoy soy más consciente de mis procesos en mi arte y en mi vida. La obra se inicia con bocetos; investigando tanto mi mundo interior como mi mundo exterior. Me guía por imágenes mentales de la propia naturaleza: ramificación, río, agua, océano, mar adentro, cielo infinito… azul. Lo orgánico me envuelve y me desenvuelve.
Cuando ya tengo contacto con el lienzo en blanco introduzco agua pura e incolora. Después las tierras de color y tintes ingresan al agua para ir formando su caudal.
Disfruto mucho las imágenes que se van creando dentro de este proceso y las voy moviendo. La observación es parte clave. Me quedé mucho tiempo viendo la pintura, contemplándola. Con el pasar del tiempo, el color se va sellando en la tela.
Mientras he este pintado cuadro he tenido en mente todo el tiempo el mar y su intensidad. Las olas que vienen y van sin parar, nunca se cansan, se forman, crecen, y revientan, en proceso constante.
Cada mancha, cada pincelada, deja una huella y se desarrolla un nuevo proceso en la pintura. Cada color influye en su entorno. Su brillo depende de quién (o qué color) está a su lado. Por medio de varias capas se llegan a armonizar.
El proceso es largo, no es fácil, se avanza y se retrocede. Afirmo mis acciones, observa la pintura, la transformo y vuelvo a empezar. Es difícil saber cuándo el proceso debe parar y cuándo debe dejar de intervenirlo. Mirarlo de distintos ángulos me ayuda a reconocerlo.
Al ver mi cuadro una vez terminado siento que por todas esas capas de color hay una eclosión de azules. Al mirarlo me doy cuenta que es mi reflejo; y por fin, una abstracción, una síntesis de mi ser.
Yiriane Khan
2020